La negatividad del ser humano (parte 1: Causas)
En nuestras vidas hemos encontrado diferentes personalidades y
comportamientos. Entre ellos hay también gente negativa, oscura o tóxica. Es la
gente que piensa solo en sí misma y envenena nuestro ser. Es la gente que
insulta, que ataca, que pega, que dice palabras negativas, que es cotilla, que
burla, que lo niega todo. Esa gente atrae en la vida cotidiana negatividad y nos hace daño.
Nos hacen sentir miedo, celos, enfado y a veces nos ponen estresados. Cuando estamos con ellos tenemos rabia, estamos nerviosos y nos duele mucho su comportamiento. Nos afecta su modo negativo de pensar, es decir, su pesimismo y la falta de esperanza. Cada una de las personas tóxicas tiene una característica negativa diferente, pero todas comparten la negatividad o la agresividad contra la felicidad, la bondad y los bienes de la vida. A veces nosotros mismos tenemos sentimientos negativos o tóxicos. Sentirse celos, odio, ira o compararnos con los demás nos convierte a personas tóxicas. Es una cosa intentar alejarnos de la gente tóxica y otra luchar contra nuestra propia negatividad. Es mucho más difícil reconocer nuestro propio pensamiento y comportamiento negativo, pero es justo lo que tenemos que hacer para sacar el veneno de la negatividad lejos de nuestra vida. En este proceso es muy importante buscar y encontrar las causas de la negatividad.
A cada uno de nosotros nos afectan comportamientos,
palabras, malas experiencias, el carácter de los demás, malos recuerdos, a
veces nos falta el cariño, la educación, la justicia, el respeto, el apoyo.
Nuestro ambiente tiene siempre efecto a la vida de los seres humanos. Somos
especie social y la interacción es muy importante para nosotros y justo por eso
el trato negativo o el comportamiento agresivo nos puede hacer daño. Somos
también seres de costumbre, es decir nos acostumbramos a comportamientos positivos
o negativos. Por ejemplo, una película
que enseña eso es el “Joker”, donde el protagonista se ve muy afectado por un
ambiente agresivo y al final opta por ser un villano reaccionando así a toda esa
negatividad. Desde luego se acostumbra a este comportamiento y este modo de
vida negativo. A veces tenemos la experiencia de acciones violentas, acoso,
mobbing, novatadas, abuso sexual que nos traumatizan, nos siguen y nos duelen
por recordarlas. Entonces un mundo negativo nos refleja todo el peso y la
oscuridad de nuestro ambiente y nos puede hacer daño y afectarnos
profundamente.
Aparte por razones y motivos exteriores hay también
partes oscuras que cada uno lleva dentro y estas partes son nuestros peores
enemigos que tenemos que luchar contra, algo que no es nada fácil. Uno de estos
enemigos es el egoísmo, que puede tener muchas formas y nos amenaza la
tranquilidad y el disfruto de la vida. Muchas veces nos enfadamos, nos
aburrimos, nos deprimimos, tenemos celos, nos comparamos con los demás, nos
queremos rendir, estamos perdidos, estamos confusos, atrapados, nos detestamos
a nosotros o a los demás y todo eso nos hace daño y nos convierte a personas
negativas. A veces es la falta de conciencia, es decir cuando hacemos algo malo
sin entender que hacemos daño a los demás, sin pensar que actuamos de manera negativa. Un
ejemplo de eso es Pinocho, cuando tuvo momento de conciencia y entendió su
error.
Es verdad que nuestro ambiente, nuestras
experiencias y nuestras relaciones nos influyen, pero por otro lado somos
capaces de controlar nuestras reacciones y nuestros sentimientos negativos.
Todos sabemos que tenemos una voz interna con la que dialogamos y es parte de
nuestro modo de pensar; es lo que los griegos antiguos llamaban “el demonio”.
Para que luchemos contra los aspectos negativos en nuestro ambiente tenemos
primero que luchar contra la negatividad de nuestro “demonio”. Es una lucha muy
difícil, pero si fuera fácil lo haría todo el mundo, ¿no? Solemos centrarnos en sucesos negativos que sufrimos y
no en nuestro comportamiento, pensamiento y nuestras reacciones negativas. Gran
parte de la solución queda con nosotros; pero a todo el mundo le sale
mucho más fácil lo negativo e imposible
pararlo. Ojala fuera difícil para que la gente lo dejara.
Otra razón importante por la que
hay gente tóxica y negativa es el miedo que a veces parece a monstruo u ogro.
Miedo, pereza,
estrés.
Hay dos tipos de miedo uno “positivo” y otro “negativo”. El positivo es cuando no queremos hacer daño a
los demás por miedo de las consecuencias y las reacciones de la gente.
Desafortunadamente, este tipo de miedo nos impide, a veces, hacer daño a nosotros mismos.
El miedo que llamamos negativo es el que no nos deja superar las situaciones
difíciles, luchar y disfrutar de la vida. El miedo puede ser una fuerza que nos
protege de peligros, pero también puede ser la fuerza esa que no nos deja
crecer, aprender, pensar y ver las cosas
claramente. Entonces es importante distinguir estos dos tipos de miedo y no
caer en la trampa de sentirnos miedo “negativo”.
Otra cosa negativa que lleva el ser
humano es la pereza y el estrés. A todos nos da pereza por hacer unas cosas que
no nos gustan, que son obligatorias, que son pesadas, (a veces hasta conocer
gente nueva), cosas que son parte de nuestra rutina, que nos
hacen daño porque, mucho más ahora después de la pandemia, ha pasado mucho
tiempo sin seguir nuestras rutinas. El ser humano no disfruta trabajar u
obligarse hacer tareas, pero entiende la necesidad de esforzarse para conseguir
sus objetivos. Entonces la pereza es algo negativo que tenemos que quitar de
nuestras vidas y eso depende de nosotros.
Por otro lado está el estrés.
Estamos estresados por demasiado trabajo, por la exigencia nuestra o de los
demás, por la información abundante, demasiadas cosas de
aprender, saber y conocer, además por
inseguridad y por pensar en el futuro desconocido, hasta por estar entre gente
desconocida o demasiado ruido. Digamos que el estrés es la enfermedad de
nuestro siglo porque, aparte de la presión psicológica, daña nuestra salud
mental y corporal, puede matar nuestras neuronas, y es la raíz de enfermedades
como el cáncer. El estrés perjudica nuestro bienestar y nuestra vida y es
imprescindible aprender manejarlo, controlarlo y, al final, echarlo. Esa es una
responsabilidad de cada uno de nosotros contra cualquier situación negativa, es
decir, una responsabilidad personal.
Enfado, rabia, ira, refunfuñar y
peleas.
Parte de la responsabilidad
personal es también el manejo y el control de nuestros sentimientos. Por no
controlarlos podemos convertirnos a personas negativas y tóxicas y así dañar a
nosotros mismos y a nuestro alrededor también. Igual como nos afecta el
comportamiento negativo de los demás y nos duele mucho su enfado, nosotros
también afectamos a nuestros familiares o amigos o en general a la gente de
nuestro ambiente por no poder controlar, justificar o manejar nuestro enfado,
rabia, ira. Como el enfado nos quita la razón quedamos incapaces de controlar
nuestro pensamiento y nuestras acciones. Justo por eso, la mayoría de las
veces, arrepentimos nuestro comportamiento y palabras.
Disimular el enfado o
comportamiento negativo para no afectarnos.
Hay gente que intenta evitar
afectarse por el comportamiento de los demás o la dificultad de una situación.
Esa gente a veces disimula el enfado o algún comportamiento negativo, es decir,
intentan manejar la situación huyendo de la oscuridad y controlando sus
sentimientos.
Una de las razones de sentimientos
negativos es la envidia y los celos, que son muy parecidos, pero no son
iguales. Por un lado, la envidia es el dolor producido por la
existencia o consecución por parte de otra persona de un objetivo, característica
o bien que se quiere para uno mismo y, por otro lado, los celos son dolor y
angustia dirigida hacia la posibilidad de perder a manos de otra persona algo
que es valioso para nosotros y que consideramos propio. Hay cuatro tipos de envidia: hacia la pareja,
hacia los amigos, hacia los compañeros y hacia las personas con éxito. Hay
varios tipos de celos también: materiales, románticos, en familia, de
confrontación social, preventivos, emocionales o reactivos, retrospectivos,
profesionales, patológicos, ansiosos, posesivos y proyectivos. Aunque no son
iguales nos afectan mucho porque son dolorosos y muy difíciles de manejar o
controlar. La única manera de controlar los celos y la envidia y quitarlos de
nuestra vida es cambiar de manera de pensar. Sentimos celos o envidia porque
pensamos que algo nos falta, que no somos perfectos o que necesitamos algo más
de lo que ya tenemos, para que seamos completos, contentos, felices y sin
preocupaciones.
Otra razón que crea emociones
negativas es la falta de querer, cariño, comprensión y
empatía.
La empatía es la capacidad que tiene una
persona para ponerse en el lugar de otra y entender mejor sus acciones,
comportamientos y pensamientos. La empatía está muy
relacionada con la inteligencia emocional. Hay varios tipos de
empatía:
Empatía positiva, negativa, emocional, conductual,
relacional, cognitiva, en la relación padres -hijos, en la escuela, en la
pareja, en el trabajo y hacia los animales.
La falta de empatía indica que una persona no está interesada
en los sentimientos de los demás y no le importa su estado de ánimo, su bienestar y, además, ve al resto del mundo inferior que él. Todos tenemos la
capacidad de empatía, pero hay personas que optan por no seguirla y otras que la
tienen en un nivel muy alto. Estas personas son más vulnerables porque les
afecta mucho el comportamiento y el estado del ánimo de los demás.
Aparte de la información que “recibimos” por tener
empatía, la cantidad de información que absorbemos por los cinco sentidos afecta
nuestro pensamiento y nuestro estado de ánimo y, a veces, nos resulta imposible
controlar nuestros sentimientos y nuestras reacciones. Entonces, dependiendo de
la situación, acabamos con comportamientos negativos. Los sentidos que nos
afectan más son la vista y el oído.
Hay personas que necesitan llamar la atención, para
que se sienten mejor, y muchas veces de
manera negativa. Este comportamiento se basa en la inseguridad de la persona y
su egoísmo, y puede resultar agresivo y violento. En estos momentos la persona
se convierte a una fiera: se comporta como
animal, con mucho enfado, mucha rabia, haciendo gestos y sin pensar. Eso, por
ejemplo, pasa cuando un niño grita, llora, es violento, insulta o cuando un
adolescente se convierte a acosador de sus compañeros o su comportamiento es
violento y negativo hacia el mismo, su familia o la sociedad. Las causas de sus
acciones son, entre otras, la inseguridad, el egoísmo, la soledad, la falta de
atención y la falta de querer por parte de su familia o de su ambiente social.
Otra razón que conduce la gente hacia lo negativo es
la tendencia de pensar en el pasado que los persigue y no les deja en paz.
Nuestros recuerdos están grabados en nuestra memoria (como si fuera una peli) y
hay gente que puede manejar los recuerdos negativos, dándoles la importancia que
realmente tienen, es decir, que aprenden de los recuerdos negativos y no les
permiten que controlen su vida presente. Una de las cosas más difíciles de la vida de los seres humanos es
mantener su pensamiento concentrado en el presente y no dejarlo ocuparse con
cosas del pasado que ya no cambian. El error que cometemos cada día es dejar a
nuestra mente controlarnos en lugar de controlar nosotros mismos a nuestra
mente. La gente que piensa en acontecimientos pasados está condenada a perder
su presente y ser negativo. Es una pena que pase esto. Es muy importante que
practiquemos para dominar nuestro pensamiento y tomar la responsabilidad de
nuestro presente. La única ayuda que nos puede ofrecer el pasado es
conocimiento y ejemplos de lo negativo, que tenemos que evitar, y lo positivo,
que tenemos que seguir.
La última causa de todo lo negativo, en la que
podemos pensar, es la siguiente: Todo el mundo quiere las cosas como son o como
ellos quieran que sean. Tener una idea fija de la felicidad personal vinculada
con cosas materiales o el dinero limita la idea de un mundo mejor. Hay mucha
gente que por miedo de cambio desea que las cosas se queden iguales (aunque la
situación este mala) o, por otro lado, hay gente que por egoísmo desea imponer
su visión del mundo y de la felicidad a los demás.
Para que podamos entender cuáles son las cosas
negativas y cómo se expresa la negatividad es útil ver algunos comportamientos
tóxicos o negativos (parte 2). Tomamos estos ejemplos de nuestra experiencia pero también
de películas o series.
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