Cómo podemos cambiar de vida

 


Hábitos y rutinas.

Cada persona tiene su rutina diaria que, si la sigue cada día, se convierte a un hábito. Es muy importante pensar y elegir bien nuestras rutinas diarias, porque al final son ellas que determinan la calidad de nuestra vida. Si tenemos rutinas positivas, es decir rutinas que benefician el cuerpo y la mente, tendremos también una buena vida. La salud y la felicidad de cada uno de nosotros dependen de las rutinas que hayamos elegido a seguir y que se conviertan, con el paso del tiempo, a hábitos.

Uno de los hábitos más comunes es tomar un café por la mañana. Este hábito puede ser positivo o negativo. Si a alguien el café  le ayuda despertarse por la mañana y sentirse bien, se considera una costumbre positiva; pero si a alguien le hace daño tomar café, esa es una costumbre negativa. Muchas veces no somos conscientes de lo malo o lo bueno de un hábito. Es importante pensar en las costumbres que tenemos y decidir si nos benefician o nos hacen daño. Si lo tenemos claro, es mucho más fácil cambiar un hábito negativo y sustituirlo por un hábito positivo, cambiando nuestra rutina diaria.

Hoy en día los adultos dedican la mayor parte de su tiempo al trabajo y los niños al colegio y a estudiar. Los únicos días se pueden descansar son los fines de semana. La costumbre de trabajar o estudiar de lunes a viernes es algo muy común en el mundo occidental. Aunque la gente acepta dedicar los días laborales a rutinas no muy agradables (largas horas de trabajo, estrés, tener prisa, buscar escusas por pereza o cansancio) sigue las mismas costumbres sin intentar a cambiarlas.

Trabajando toda la semana nos deja tan agotados  que el fin de semana no es suficiente para descansar. Mucha gente no tiene ganas de volver a trabajar el lunes, ni levantarse muy temprano para ir al trabajo o al colegio. Los adultos se sienten cansados, sin energía y estresados, en cuanto los niños buscan excusas para que no vayan al colegio (cuentitis). Algunos trabajadores trabajan hasta muy tarde, no tienen tiempo suficiente para dedicar a ellos mismos o a su familia, están muy estresados, duermen mal o no pueden dormir nada. Si esta situación se combina con un jefe malo o más problemas en el ambiente laboral o familiar, el trabajador puede acabar enfermo. Igual pasa con los niños que sufren acoso escolar, estrés por las asignaturas y que tienen poco tiempo para descansar o jugar con sus amigos.

Hay gente también que no tiene vacaciones o está obligada a trabajar los fines de semana. Hay gente que se levanta de mal humor, cansada y estresada. Hay gente que se siente luchando cada día, sin parar, gente que tiene la sensación que la vida es una batalla constante. Aparte de las situaciones que no podemos cambiar, siempre hay soluciones y modos para mejorar nuestra vida. Lo más importante es entender cuáles son los hábitos que nos afectan de manera negativa e intentar cambiarlos.  

Gustos y disgustos

A causa de los hábitos de cada persona llevamos una vida agradable o desagradable. Cada situación nos afecta y nos crea emociones positivas o negativas. La gente que se siente mal por madrugar para ir a su trabajo y los niños que no quieren ir al colegio y se sienten obligados a hacerlo, tienen una cosa en común: siguen haciendo algo que no les gusta y se sienten mal por eso. Si estamos en esta situación hay que pensar en una solución, es decir en hacer un cambio en nuestra vida.

Si no te gusta tu trabajo puedes cambiar de trabajo, buscar algo nuevo o pensar si el trabajo que tienes puede ser bueno, centrando en los elementos positivos. Si un niño no quiere ir al colegio, sus padres y sus profesores tienen que encontrar la causa de esa negación y hablar con el niño y enseñarle lo positivo que puede ganar por ir a su clase. Lo más importante es saber cuáles son nuestros gustos y disgustos, lo que queremos de la vida y lo que nos hace felices para organizar nuestro tiempo y nuestros hábitos hacia la felicidad personal. Si dejamos de comparar nuestra vida con la de los demás, si buscamos la felicidad en las cosas simples de la vida y si tomamos decisiones que nos ayudan ser mejores personas, seguro que nuestra vida va a mejorar también.

Es importante saber qué nos gusta y qué no nos gusta. Por ejemplo a la mayoría de la gente no le gusta trabajar con jefes malos, con compañeros desagradables, tampoco les gusta levantarse muy temprano por la mañana, trabajar demasiadas horas o ir al trabajo cada lunes. Por otro lado, a mucha gente le gustaría tener más días de descanso durante la semana, estar más tiempo con sus hijos y con su familia, tener tiempo para sus aficiones, tener conciliación familiar, viajar y disfrutar la compañía de sus amigos.

Una de las quejas más comunes tiene que ver con ir al trabajo el lunes, no descansar suficiente durante el fin de semana y tener que trabajar largas horas los días laborales (lunes a viernes). Eso pasa por dos razones: la gente trabaja demasiado para sobrevivir y, muchas veces, se dedica  a un trabajo que no le gusta nada. Si a alguien le gusta su trabajo no se queja por trabajar y el tiempo laboral pasa muy fácil. Si una persona se siente obligada a trabajar en un puesto que no le gusta es normal que se canse más y que no quiera seguir trabajando.  

Aunque a la mayoría de la gente les gustaría tener una vida más relajada y tranquila, con más ocio y menos trabajo, hay que reconocer que es necesario también trabajar y tomar decisiones muy difíciles. La vida está llena de dificultades y obstáculos, de situaciones y cosas que no nos gustan siempre. Lo importante es aprender cómo superar, arreglar y luchar contra las dificultades y al final ganar la vida que queremos vivir. Siempre habrá cosas que no nos gusten o nos hagan sentir mal. Lo que tenemos que hacer es intentar cambiar aspectos de nuestra vida que no nos gustan o ignorar y alejarnos de las cosas que no podemos cambiar.   

Propuestas para mejorar nuestra vida

Para que la gente esté muy contenta, hay que preguntarles qué días y qué horas quieren dedicar a su trabajo, en qué trabajo quieren dedicar su tiempo, qué días y cuánto  tiempo necesitan para descansar. Si tenemos esta información, es más fácil organizar nuestra vida o ayudar a los demás para que organicen la vida suya. Por ejemplo yo preferiría que los viernes y los lunes fueran vacaciones, porque así la gente tendría más tiempo para descansar y estaría menos estresada. Además, cada uno podría elegir un día de descanso independientemente del fin de semana. A mí me gustaría que ese día fuera el lunes.

No sé si todos estarían felices o de acuerdo conmigo, pero creo que un cambio de ese tipo eliminaría el estrés, el enfado y la tristeza de la vida de mucha gente. Como consecuencia la gente estaría más sana; porque todos sabemos que el estrés nos afecta y nos puede poner enfermos. Además, la gente que trabaja los fines de semana necesita descansar y tener más días libres. Todos tenemos el derecho de tanto trabajar como descansar.

Proponemos una semana laboral con más días de descanso para que los trabajadores tengan la oportunidad de desconectarse de los problemas del trabajo y tener más tiempo a dedicar a ellos mismos, a su familia y a sus amigos. Así todos nos sentiremos libres, menos estresados y más felices. Además, podremos tener más ganas de trabajar y ser más productivos. Durante el ocio podemos ir al cine, al zoo etc, dedicar tiempo a nuestras aficiones y hacer todo lo que queramos y lo que nos hace sentir felices y tranquilos.

Es verdad que estas propuestas pueden parecer imposibles de aplicar en nuestra vida, pero siempre hay que buscar lo mejor para nosotros y para los demás. Estar felices, dejar de estar estresados, disfrutar de la vida y ser creativos al final nos hace mejores trabajadores. Es importante ver que con estos cambios no perdemos de horas de trabajo productivas sino ganamos trabajadores más productivos que necesitan menos tiempo para realizar su trabajo.


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