Las novatadas: causas, consecuencias, soluciones y consejos
En la entrada anterior hemos hablado de lo que son las novatadas y hemos dado ejemplos de su carácter negativo. Pero ¿por qué tenemos este fenómeno? y ¿cómo afecta a los estudiantes?
Causas
Cuando nos enteramos de incidentes violentos de las novatadas, nos preguntamos cómo puede ser que estudiantes, futuros profesionales y miembros de la sociedad moderna pueden comportarse de esa manera. Cuando formamos grupos lo hacemos para colaborar y así mejorar la vida y las condiciones de nuestra existencia en el mundo; pero muchas veces vemos que grupos de personas actúan de manera violenta contra los demás. Entre esos grupos encontramos los veteranos que usan su poder, como grupo de estudiantes mayores, para maltratar a los estudiantes nuevos. No lo hacen solo por costumbre. Creen que es su derecho comportarse de manera tan negativa. Piensan que el mismo “derecho” tenían los veteranos cuando ellos eran novatos. En lugar de acabar con ese “ritual” y dirigir su odio y su frustración contra los anteriores veteranos, se convierten tan violentos como ellos. Lo que pasa es que se sienten poderosos y fuertes; son los que mandan ahora y deciden seguir esta tradición convirtiéndose a personas tan negativas como los que los han tratado mal en el pasado.
Las novatadas son un fenómeno que caracteriza, entre otros, nuestra sociedad. Seguimos, después de 3.000 años, tratando a los nuevos y los débiles con violencia. Admiramos a las personas que son crueles y ejercen maltrato hacia los demás, pensando que estas mismas personas serán poderosas y ricas. El éxito parece ser un premio por lo que la gente hace cualquier cosa, por ejemplo ser violenta, decir mentiras, manipular y hacer daño a los demás. Los veteranos se sienten poderosos, famosos y exitosos por poder comportarse como quieran sin consecuencias. Son las mismas personas que van a aceptar violencia de gente que consideran más poderosa o ejercer violencia contra los más débiles. Desde el colegio, la familia y las universidades educamos a que la nueva generación acepte la violencia como modo de resolver los problemas, modo de imponer el poder y, al final, modo de comportarse en la sociedad. Somos hipócritas si, por un lado, apoyamos la cultura, la educación y los derechos humanos y, por otro lado, educamos a los futuros miembros de la sociedad y de los ambientes laborales comportarse de manera violenta, con morro y falta de respeto.
Consecuencias
Las novatadas, cuando son violentas y humillantes, afectan de manera negativa a los novatos. Sabemos que hay estudiantes que dejan sus estudios a causa de las novatadas y otros que acaban en hospitales por heridas o lesiones. Hay, también, estudiantes que intentaron suicidar, porque no podían aguantar la presión y el miedo por las novatadas. Una gran parte de los novatos que han sido víctimas de los veteranos está marcada y traumatizada por esa experiencia negativa.
No nos extraña que unos de los novatos quisieran castigar a los veteranos o ser igual de violentos. Si no pueden aguantar más de la situación, los novatos puede ser que hagan daño a los demás o a ellos mismos. Entonces, en lugar de tener instituciones donde los jóvenes se educan, tenemos lugares donde la juventud se acostumbra a la violencia y el juicio del poder y los racionaliza.
Soluciones y consejos
Como cualquier problema siempre tiene solución, igual hay soluciones sobre las novatadas. La base de la solución se queda mayormente al carácter y la educación de los veteranos y los novatos. Ambas, las universidades y las familias, pueden apoyar e informar a los estudiantes. Primero, las universidades tienen que informar y concienciar a ambos grupos (novatos y veteranos) sobre el “ritual” de las novatadas. Hay también que darles, a los novatos, toda la información de oficinas y personas donde pueden denunciar actos violentos contra ellos y hacerles sentirse cómodos y seguros en las residencias (donde las novatadas más fuertes tienen lugar).
En las residencias los estudiantes están aislados y fuera de supervisión y por eso las novatadas más fuertes pasan en estos lugares. Sin vigilar y asegurar que todos los estudiantes sean tranquilos y protegidos, las novatadas seguirán. Estos incidentes no son desconocidos a la dirección de los colegios mayores y las universidades. Es que no quieren controlar la situación, porque, si lo hicieran, tendrían que castigar a varios veteranos que, a veces, son hijos de familias poderosas y ricas, es decir sus mejores clientes. Cuanto más la educación se convierte a negocio, más problemas e incidentes como las novatadas pasarán en las universidades.
Aparte de no castigar a los estudiantes que se implican en las novatadas violentas, las direcciones de los colegios mayores y de las universidades no toman medidas para proteger y apoyar a las víctimas. Por ejemplo no hay psicólogos o una oficina de denuncios, donde los estudiantes que sufren por el comportamiento de los veteranos u otros estudiantes puedan dirigirse. Además, no hay iniciativas, por parte de la dirección y los profesores, para que los estudiantes y sus padres sean informados de las novatadas y de cómo pueden protegerse.
Los directores de los colegios mayores y las universidades deben hacer reuniones de padres para informarlos de la situación y para que estén preparados apoyar a sus hijos, intervenir o denunciar las novatadas. Igual deben hacer con los novatos y los veteranos, para informarlos de la prohibición de novatadas violentas y humillantes y animarlos a denunciar cualquier incidente. Lo más importante es que cada estudiante (novato o veterano) se sienta protegido y tenga confianza en la universidad, en sus profesores y en la institución educativa. Una buena idea de prevenir novatadas violentas, sería un dialogo entre los profesores y los veteranos con proyección de videos de novatadas de la época que ellos eran novatos (si hay videos de ese tipo), porque así recordarán de su propia experiencia y tendrán más empatía hacia los novatos. Unas novatadas con guerras de globos de agua o harina, donde participen todos los estudiantes, o unos concursos de conocimiento o de deportes, sería mucho más una verdadera bienvenida a los novatos.
La idea de novatas como un ritual de iniciación, de integración y de bienvenida a los nuevos estudiantes debe tener las características de la educación y de la diversión. Ambos, novatos y veteranos, son estudiantes, es decir futuros científicos, profesores, profesionales de investigación e innovación. Es impensable que estos futuros miembros de la sociedad actúen desde una edad joven con violencia, arrogancia y egoísmo. Además, aceptan el poder que proviene de posición tanto de victimarios (veteranos) como de víctimas (novatos).
Es importante entender que, si las novatadas siguen ser una costumbre violenta, las universidades y los colegios mayores fallan en su objetivo, es decir no logran ser instituciones educativas. La educación y el conocimiento no tienen que ver sólo con el estudio de las ciencias sino también con la educación social y humanitaria. La sociedad necesita científicos que sean seres humanos, que no se comporten como salvajes o animales. Es imperdonable, inhumano, salvaje y triste ver a los jóvenes tratarse entre ellos con agresividad, violencia, crueldad y falta de educación. Es responsabilidad tanto de las instituciones como de las familias, detener y prohibir las novatadas violentas, no por castigar a los implicados sino por educarlos contra esa costumbre salvaje. El acoso escolar, el mobbing y las novatadas enseñan que al fondo somos una sociedad primitiva y nada civilizada. Es imprescindible acabar con esos comportamientos y dedicar nuestra energía a hechos positivos y creativos.
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