La vida humana y la vida de los animales
La idea de que me guste más la vida de los animales que la de los seres humanos empezó cuando me di cuenta de las diferencias entre ellas. La vida de los animales me parece menos complicada y más concreta. El hombre tiene que aprender muchas cosas, superar obstáculos y dificultades, estudiar, trabajar etc. Todo eso le produce estrés, ira y desilusión. Además, hay que seguir las reglas y las leyes de la sociedad, que son demasiadas y a veces complicadas. Un animal no afronta consecuencias por llegar tarde o no ser puntual, sino solo unas ciertas “leyes” por el instinto y para sobrevivir. Sé que si fuera fácil lo haría todo el mundo, pero a mí la vida humana me parece más difícil, un rollo y, a veces, una mentira. Los animales siguen un círculo de vida natural. Es decir, nacen, crecen, comen, se reproducen y mueren. ¡Qué suerte tienen por estar libres en la naturaleza sin preocupaciones ni limitaciones!
Esa rutina y modo de vivir parece tranquilo y sin muchas preocupaciones pero reconozco que ese tipo de vida puede ser también aburrido y eso, como animal, me afectaría. El hombre, por otro lado, puede cambiar de vida, tomar sus propias decisiones y probar cosas diferentes. En este marco hay muchas cosas que le preocupan al ser humano y a mí también me molestan por complicado que sea (por ejemplo la salud, el dinero, el comportamiento, la belleza, la violencia etc son solo unas de las cosas que nos preocupan demasiado). A los animales no les importan estas cosas ni tampoco sufren por aspectos negativos de la vida del hombre. No pueden estafar, beber alcohol o tomar droga, pero tampoco pueden disfrutar de caprichos de la vida humana como, por ejemplo, los dulces, el cine, los viajes etc. Es verdad que en cada situación algo ganamos y algo perdemos. No se puede tenerlo todo. Si fuera un animal lo que echaría mucho de menos de la vida humana serian estos caprichos y la comida. Además, sería muy difícil perder la capacidad humana de pensar de manera lógica y tener consciencia (algo que falta de los animales). Parte de esa función es nuestra capacidad, como seres humanos, de tomar decisiones mientras que los animales deciden solo por instinto y no por pensar.
Si quiero ser un colibrí es porque su vida me parece tranquila, sin ansiedad y me gustaría estar en paz, sin preocupaciones. Cada vez que veo un colibrí me parece muy mono, pequeño, cariñoso y feliz con su vida. Es uno de los animales más inocente que me hace sonreír cada vez que lo veo.
Comentarios
Publicar un comentario